Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

El político ideal

 

¿Izquierda o derecha? ¿Es verdaderamente un dilema en la actualidad?

Hace poco, en España, determinaron que el Premio Ortega y Gasset de Periodismo le fuera entregado a la cubana Yoani Sánchez, por su magnífica página en internet, el blog “Generación Y”; sin embargo, las autoridades cubanas le negaron el permiso para salir de la isla e ir a recibirlo.

A  esta restricción, Yoani respondió que no es opositora del régimen cubano, ni tiene un programa o color político. “Esa es una característica del mundo actual: ya la gente no se define ni de izquierda ni de derechas, son conceptos cada vez más obsoletos”.

Al Premio Ortega y Gasset, se suma la designación que la revista Time hizo de Yoani como una de las 100 personalidades del mundo.

Y a todo esto, Fidel Castro ha reaccionado con furia contra ella, dice que es muy grave que haya jóvenes cubanos que piensen así, porque ella hace labor de “zapa y prensa neocolonial”.

Pero la realidad es muy diferente. Tiene razón Yoani cuando afirma que “esa es una característica del mundo actual: ya la gente no se define ni de izquierda ni de derechas, son conceptos cada vez más obsoletos”, y llama la atención que a pesar de las restricciones que tienen los cubanos para informarse —o tal vez por eso—, haya jóvenes que levanten la cabeza y se definan de otra manera ideológicamente, como parte de un mundo nuevo.

El problema, evidentemente, no es privativo de Cuba. En México, por ejemplo, es común que los políticos se autonombren de izquierda y tachen a los que quieren denostar como de derecha. En España, precisamente, el presidente Felipe Calderón declaró que “él no es de derechas”, a pesar de pertenecer a un partido que así ha sido definido. Y ya desde su campaña por la presidencia había declarado que iba a rebasar a su opositor por la izquierda.

Hay muchos políticos que se dicen de izquierda, pero actúan con tal autoritarismo que rayan en lo antidemocrático y en consecuencia se ubican en una posición de derecha en el cuadrante ideológico.

Los términos izquierda y derecha, por lo que a la ideología se refiere, nacieron hace más de doscientos años en Francia. En el parlamento, los nobles —la clase adinerada— se sentaban del lado derecho y los representantes del pueblo del lado izquierdo. Y así quedaron definidos hasta la fecha.

Pero tales términos han sido motivo de burla para grandes pensadores, como Lenin, el creador del Estado Soviético, que decía que la izquierda era la enfermedad infantil del comunismo y criticaba a los que se decían de izquierda porque le parecía que la definición era tan superficial que en realidad reflejaba una absoluta ignorancia.

Y así es, así sucede en México cien años después de Lenin. El Materialismo Dialéctico —Materialismo Histórico cuando se aplica a la historia— señala que evolucionamos en espiral, no en círculo, porque a cada repetición de la historia avanzamos a una etapa superior.

Tal es la definición, y las pamplinas que le han adicionado algunos últimamente reflejan simplemente su ignorancia. Como esa afirmación de que se repite dos veces, una como farsa y otra como tragedia. No saben de filosofía, ni del análisis que se logra con el método dialéctico, y distorsionan a Marx.

Así que, bajo esta concepción, el Comunismo Primitivo evolucionó hacia el Feudalismo, de ahí al Capitalismo, luego al Imperialismo, después al Socialismo y de aquí al Comunismo. Pero este comunismo debería ser una etapa superior del comunismo primitivo —la historia repetida en círculo, pero a un nivel superior, como en espiral—.

Y las diferencias: en el comunismo primitivo toda la comida que se consiguiera —animal o vegetal— era para todos, conforme cada cual la necesitara; en el feudalismo, los señores feudales eran dueños de grandes extensiones de tierra y poseían esclavos, los burgueses vivían en los centros urbanos —burgos— pero no eran los adinerados; al tomar el poder la burguesía, se dio el salto al capitalismo, en el que hay explotación del hombre por el hombre; en el socialismo no la hay y cada quien gana de acuerdo con lo que trabaja, pero un ingeniero gana más que un albañil y un gerente más que una secretaria, aunque los que ganan menos trabajen más; en el comunismo todos deben ganar de acuerdo con sus necesidades, sin importar la profesión, así que si un médico tiene un hijo, debe ganar menos que un albañil que tiene dos hijos.

Por eso Lenin, al referirse a la Unión Soviética, que era socialista, decía que llegaría al comunismo en el momento en que cualquier cocinera pudiera ser Jefa de Estado; en otras palabras, el comunismo llegaría cuando la sociedad evolucionara al grado de que todos tuvieran la preparación suficiente como para ser gobernantes.

Esto no sucedió en la Unión Soviética, ni en ningún otro país, por eso no hay ni ha habido comunismo en ninguna nación.

En resumen, el que busca sacar de la miseria a la clase más necesitada y en consecuencia está del lado del pueblo, se dice de izquierda; el que busca favorecer a los empresarios sin importar a quién atropelle, es señalado como de derecha.

Pero muchos políticos actuales que se dicen de izquierda sólo buscan su beneficio, no quieren perder sus sueldos exorbitantes, atropellan a los débiles; dicen que no a todo lo que proponga el gobernante aunque le vaya mal al país, con tal de posicionarse para las próximas elecciones; tienen a sus hijos estudiando en las mejores universidades del extranjero y llevan su Rolex en la muñeca y su Montblanc en el bolsillo de la camisa o del saco, tienen vehículos caros que, si no los usan, para disimular se los pasan a sus hijos o a sus esposas, van a los restaurantes más caros de México y viajan a donde quieren cuando se les da la gana.

Son los nuevos políticos “de izquierda”, que como el león que cuando prueba la sangre humana tiene que volver a probarla, ya viven en el lujo y no pueden dejar de hacerlo, por lo que cualquiera de sus posiciones es pura demagogia. Pero se les olvida que al león hay que sacrificarlo y ellos, en consecuencia, debe ser eliminados; tarde o temprano el pueblo se dará cuenta de cuál es su verdadera ralea y ya no votará por ellos.

El Manifiesto Comunista (Un fantasma recorre Europa...) se publicó en 1848. Las ideas que Marx y Engels plasmaron en éste surgieron hace 160 años. El mundo ha cambiado sustancialmente desde entonces. De sociedades básicamente feudales a industrializadas en el capitalismo, hasta el socialismo que se derrumbó en la mayor parte de los países en que se aplicaba como sistema económico.

Pero nadie ha planteado una tercera vía coherente (lo hemos trazado en un Personajes anterior) y la pregunta sigue en el aire: ¿Volverá el socialismo que cayó gracias al factor humano de manera preponderante? ¿O cual es la opción, la tercera vía? ¿No la hay? ¿Cómo deberá ser el mundo justo para todos, el ideal desde todos los puntos de vista? ¿Existe, o es una utopía?

Así que, ante el dilema: ¿Izquierda o derecha? debemos plantear nuevas formas de hacer política. Ni izquierda corrupta, demagoga, vergonzante, ignorante; ni derecha complaciente con el poderoso y a su servicio.

El político ideal sería el consecuente con sus principios progresistas, humanistas, que busque la evolución popular, elevar el nivel de vida de la población, sacar de su postración a los marginados, de la ignorancia a los que no tienen educación. Ayudar al desarrollo del México nuevo, impulsando la industria, las inversiones que producen más y mejores empleos y la armonía entre todos los mexicanos.

¿Es mucho pedir?

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